Pasó una noche de septiembre del año 2008, para ser exactos, el día 17. Locación: el mítico estadio Olímpico de Roma.
Un equipo debutante en la UEFA Champions League que parecía víctima seguro ante la Roma de Totti y Panucci, el CFR Cluj rumano dio su salto a la fama ganando de forma convincente, a pesar del resultado final (1-2).
Todo empezó como una pesadilla para el conjunto rumano...
cuando en los primeros minutos Juan Emmanuel Culio, que más tarde iba a ser el héroe de la noche, perdió un balón por la zona del corner que acabó siendo asistencia para Panucci. Un gol temprano, que sorprendentemente no afectó mucho a los novatos de Maurizio Trombetta, y motivó aún más a estos que entendieron que no había nada que perder.
El equipo rumano atacó más y más cerrando multitud de bocas a sus rivales locales que estaban pendientes del partido y al mismo tiempo dejando boquiabiertos a los presentes en el Estadio Olímpico esa noche.
La perseverancia trajo sus resultados y el mismo Culio que antes decepcionó, consigue un magnífico disparo desde fuera del área gracias al taconazo de Trica, el diez del Cluj.
El tiempo pasa cada vez más rápido para los romanos que esperan impacientes a que su equipo tome la iniciativa del partido, cosa que no pasa. Los rumanos son cada vez más peligrosos en sus contraataques y el mismo Culio consigue el 1-2 después de otro tiro de volea, mejor aún que el anterior.
Se acerca el final y los italianos siguen en estado de "shock", tanto que el palo le niega el tercer gol al "mumo" Peralta (jugador que pasó por el Inter de Milán entre otros)
El arbitro pita el final y a los italianos no les queda otra cosa que abandonar el campo con la cabeza agachada, mientras que los héroes rumanos celebran la victoria histórica.
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