Este astuto y técnico centrocampista checoslovaco saltó a la fama mundial cuando en la final de la Eurocopa de 1976 lanzó y transformó el decisivo penalti de la tanda de desempate; lo ejecutó con una sangre fría increíble y colocando el balón suavemente en el centro de la portería de Maier...
Cuatro años más tarde, un nuevo penalti sólo sirvió para alcanzar el tercer puesto. En el mundial de 1982, en cambio, Checoslovaquia y Panenka no superaron la primera fase.
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